Desde siempre supe que quería dedicarme a esta profesión, y cada día me siento profundamente agradecido por las familias que confían en mí para hacer realidad este sueño.

 

Entiendo que cada niño es único y que las dinámicas familiares son clave para su bienestar. Por eso, mi enfoque no solo se centra en el desarrollo del niño, sino también en incidir de manera positiva en la mejora de su calidad de vida familiar e individual.

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Compagino los acompañamientos familiares con mi labor como psicólogo coordinador en un centro de atención temprana, donde trabajo con niños que presentan alteraciones en el desarrollo o están en riesgo de padecerlas. Esta experiencia me ha permitido comprender aún más las particularidades y fortalezas de cada niño, y la importancia de un entorno familiar apoyado y empoderado.

 

A lo largo de mi trayectoria, el contacto con la infancia y sus familias me ha enseñado valiosas lecciones. He tenido el privilegio de trabajar con lo esencial de la vida: donde todo nace y se construye, donde los miedos e incertidumbres se entrelazan con las ilusiones más genuinas.

 

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